La inscripción en letra gótica del arcosolio del pórtico de la Iglesia de Nuestra Señora del Rivero nos traslada a un tiempo en el que las batallas entre cristianos eran frecuentes. La inscripción dice así:
AQ(U)I IACE UIDAS/ PASCUAL Q(UE) EL/ OUEND L(A) AQ(I) L(A) MIS(A)/ LIDIAN SUS ARMAS
Hace referencia al legendario Vidas Pascual, deán de la Catedral de Toledo, que enfrascado en el fervor de la misa olvidó acudir a un sangriento combate y fue sustituido por un ángel. La Cantiga LXIII de Alfonso X hizo popular el pasaje de la batalla del Vado de Cascajar (978), también glosado en un romance de Lorenzo de Sepúlveda (1551), donde el olvidadizo pero piadoso caballero recibe el nombre de Fernán Antolínez, y más tarde por Lope de Vega y Calderón. Incluso se reproduce gráficamente en una miniatura del Fortalitium fidei costodiado en la biblioteca catedralicia de El Burgo de Osma.
El texto, reproducido en castellano actual de la Cantiga LXIII, es:
Quien bien sirve a la Madre del que quiso morir por nosotros nunca puede caer en vergüenza.
De esto quiero contaros un milagro
que hizo Santa María, si Dios me ayuda,
por un caballero al que quiso guardar
de una gran vergüenza en que creyó caer.
Este caballero, por lo que aprendí,
era liberal y valiente, que,
ni allí donde él moraba ni en todo su alrededor,
otro tal no podía hallarse que tuviera tal saber.
y era de buenas costumbres
y nunca quiso tener paz con los moros;
por ende entró en lid en San Esteban de Gormaz,
cuando Almanzor quiso tomarlo,
luchando, al lado del conde don García,
que en aquel tiempo tenía el lugar,
que era buen hombre y de tal corazón
que de los moros se hacía temer.
Este conde fue señor de Castilla
y tuvo gran guerra con el rey Almanzor,
que vino a cercar, todo en derredor,
a San Esteban, creyendo poder tomarlo.
Pero el conde se defendía muy bien,
porque era valeroso y de buen juicio;
por ello no cedía un palmo de lo suyo
sino que iba a acometerlos muy reciamente.
Pues el caballero de que os hablaba,
tanto hizo en armas, a lo que sé,
que no hubo lid ni muy buen torneo
en que no se hiciese tener por bueno.
y le sucedió un día que quiso salir con el conde
la hueste para ir a enfrentarse con los moros;
quiso antes, sin embargo, oír misa,
como cada día solía hacerlo.
Después de que estuvo en la iglesia,
se arrepintió mucho de sus pecados
y oyó la misa de Santa María,
sin que nada faltas, y otras dos que luego se dijeron,
que eran, también, de la Reina espiritual.
Pero un escudero suyo lo trajo a mal traer, diciéndole:
?Quien en tal lid como ésta deja de sal
nunca debe volver a aparecer?.
Por cosas que le dijese aquel escudero suyo,
él no les dio atención, pero dijo a Santa María:
?Tuyo soy, sácame de esta vergüenza,
pues tienes poder para hacerlo?.
Las misas oídas, luego cabalgó
y en el cantino encontró al conde,
que le echó al cuello el brazo derecho diciendo:
?En buena hora os he conocido.
Que, si no fuese por vos, juro por Dios,
que fuéramos vencidos yo y los míos;
pero tantos matasteis vos de sus moros
que el rey Almanzor hubo de darse por vencido.
y tanto hicisteis por ganar honor,
que jamás caballero alguno hizo otro tanto
ni sufrió de igual modo en armas
como en esta ocasión vos para vencer a los moros.
Pero os ruego, porque lo habéis menester,
que cuidéis de vuestras llagas, señor,
que yo tengo un ungüento de Montpellier
que puede pronto curaros de ellas?.
Dijo esto el conde, y luego más de tres
le dijeron estas mismas razones,
y él de todos tomó tal vergüenza,
que, con ella, se creyó perdido.
Pero después que vio sus armas
y reconoció que estaban melladas,
luego reconoció que había sido milagro,
porque bien entendió que de otro modo no podría ser
Y, después que lo hubo comprendido,
estuvo bien seguro de que Santa María
no quiso dejarlo caer en vergüenza,
y fue a entregarle maravedis y otras ofrendas.
Se puede consultar el texto original de la cantiga en este enlace.
?729: Capitulo del miraglo que Dios fizo a un cauallero del conde Garçi Ferrandez en la fazienda que el ouo con los moros en Sant Esteuan de Gormaz, al vado del Cascajar.
Desque el conde Ferrant Gonçalez fue muerto, heredo el condado en so logar el conde Garçi Ferrandez, su fijo. Et este Garçi Ferrandez, fue muy buen home et muy derechurero et muy justiçiero et muy buen cauallero de armas, et uençio en muchas faziendas los moros et en algunas le acaesçio que fue uençido. Et el gano Sant Esteuan de Gormaz de moros que era perduda, et la mantouo muy bien despues en so uida. Et alli estando el con so muger et con sos uasallos, ouo muchas faziendas con los moros et uençiolos, entre las quales fue una la del uado de Cascajares. Et el dia de aquella fazienda fizo el Nuestro Sennor un muy fremoso miraglo por un cauallero so uasallo que auie por costumbre que desque en la mannana entraua en la eglesia, nunca ende salie fasta que eran acabadas quantas misas fallaua que y estudiessen diziendo. Eta acaesciol a aquel cauallero que en un monesterio que el conde Garçi Ferrandez fiziera çerca el castiello de Sant Esteuan, en el qual monesterio pusiera ocho monges que troxiera para y del monesterio de sant Pedro de Arlança o yazie su padre, que aquel dia se la fazienda que oyo la primera misa que se en aquel logar dixo con el conde so sennor et con los otros que y estauan. Et desque el conde ouo oyda la misa, armosse el et toda su companna por yr dar fazienda a los moros, los quales uineran de Gormas, que estauan al uado de Cascajares por passar de la otra parte. Et el cauallero, por guardar so costumbre, non quiso salir de la eglesia et estudo y fasta que todas las ocho missas fueron acabadas; et siempre estudo armado los ynoios ficados ante el altar. Et entre tanto fue el conde a auer so fazienda con los moros alli al uado o ellos estauan. Et un escudero de aquel cauallero que estaua oyendo las misas, quel tenie a la puerta de la eglesia el cauallo et las armas, dalli o el escudero estaua ueye toda la fazienda, et auie grant pesar de so sennor que non era alla con el conde cuyo vassallo era, et por esta rrazon maltrayel et dizie que con couardia et con maldat dessi dexaua yr alla, ca non con otra cristiandat. El cauallero, tan grant deuoçion auie en aquellas misas que oye, quel non tornaua y cabeça. Et el estando alli en la eglesia, el Nuestro Sennor Dios por guardar a el de uergenna, quiso mostrar so miraglo en tal manera que nunca aquel dia lo fallaron menos en la fazienda, et non y ouo otro tan bueno commo el; ca aquel que y pareçio en el so cauallo, armado de sus sennales, esse mato a aquel que traye la senna de los moros, et por el se arranco la fazienda et fue uençuda, en manera que todos auien que fablar de la su bondat de aquel cauallero. Et quando las ocho misas fueron acabadas, fue toda la fazienda uençuda. Et despues, con uerguenna que ouo este cauallero non osaua salir de la eglesia; mas quantas feridas dieron en la fazienda a aquel que traye las sus armas, tantas tenie despues en so perpunte et en la su loriga que tenie uestida. Desque el conde torno de la fazienda, demando por aquel cauallero que tan bienandante auie seydo en aquel dia, et nol pudo fallar en todo el canpo; et de si sopo en como aquel so uasallo en cuya figura aquel pareçiera, que estaua ençerrado en la eglesia con uergonna que auie de que se non açertara en aquella fazienda. Et quando el conde sopo todo el fecho en como auie pasado, et uio el et los otros que todas las feridas que los moros dieran a aquel que andaua por el en el canpo, que todas las tenie en el perpunte et en la loriga et en el cauallo, et sopieron que non fuera y, entendieron et conosçieron que esto que por Dios uiniera por la deuoçion que aquel cauallero auie en el et en los sacrificios de las misas, et que por esso quisiera el enuiar el so angel en su figura que lidiase por el; et dieron loor et gracias al Nuestro Sennor et a Santa Maria su madre por este miraglo que auie fecho?.
(Primera Crónica General, s. XIII. Publicada por Menéndez Pidal en 1906. Vd. C. Sáenz: ?Una excursión bibliográfica: El Ángel del Cascajar?, Celtiberia 37, pp. 11-12. Soria, 1969).
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