El sábado 4, Abel Calle, profesor de física en la UVA e integrante del Grupo de Óptica Atmosférica nos hablará de la vida en la Antártida, el "indómito" lugar donde estuvo destinado con el objetivo de estudiar del cambio climático.
El próximo sábado, 4 de febrero de 2023, la Antártida será la protagonista absoluta en nuestra localidad. A las 20:00 h, en el Salón de Actos de San Esteban de Gormaz, el físico Abel Calle (UVA y GOA), que estuvo destinado en la base argentina de Marambio, en la Antártida, nos hablará de los primeros exploradores antárticos, los principales problemas medioambientales relacionado con el cambio climático y que se estudian en zonas polares. Finalmente se realizará una presentación acerca de cómo se vive y se convive en una base antártica permanente, con actividad continuada en invierno y verano.
Abel Calle Montes, vinculado a San Esteban de Gormaz, es profesor de Física de la Atmósfera en la Universidad de Valladolid (Campus de Soria) y pertenece al Grupo de Óptica Atmosférica (GOA), que se dedica, entre otras cuestiones, a medir e investigar parámetros de componentes atmosféricos, sobre todo, aerosoles, relacionados con el cambio climático. Realiza sus investigaciones en el estudio del clima mediante satélites de observación de la Tierra. Estuvo involucrado en el lanzamiento del primer satélite español de observación terrestre, el Deimos. Recientemente ha realizado investigaciones en la base argentina de Marambio, en la isla Seymour de la península antártica.
Antártida, indómito lugar en el que el sol sale por donde se esconde
En el siglo XVII el español Gabriel de Castilla sería el primero en avistar tierras antárticas, las islas Shetland del Sur, pero sería durante el siglo XVIII cuando se desarrollan las primeras exploraciones en busca del continente antártico, la recóndita Terra Australis, a cargo de los navegantes Cook, Weddell y Ross. Ya sería en el siglo XX cuando Amundsen y Scott protagonizarían el duelo más famoso de la exploración polar al disputarse la carrera al polo sur, y las proezas de Shackleton intentando cruzar el continente antártico: la región del planeta de más difícil acceso por presentar condiciones meteorológicas extremas que hoy en día presenta un importantísimo interés científico para tomarle el pulso al clima de la Tierra.
La Antártida es, oficialmente, todas las zonas del planeta que se extienden al sur de la latitud 60ºS incluyendo el continente antártico y las islas que lo rodean. Con una extensión de 28 veces la superficie de España es una zona montañosa con varias cordilleras, cumbres que se acercan a los 5000 metros además de algún volcán activo, el Erebus, y ostenta el récord de temperatura más fría alcanzada en el planeta, 89.2ºC bajo cero en la base Vostok.
Actualmente se encuentra gestionado por el Tratado Antártico, firmado inicialmente por los 12 países que habían reclamado su soberanía históricamente y extendido a 55 países que acordaron el respeto a sus artículos de funcionamiento; lo más importante del tratado vigente se resume en que la Antártida se utilizará exclusivamente para fines pacíficos; se prohíbe, entre otras, toda medida de carácter militar, tal como el establecimiento de bases y fortificaciones militares, la realización de maniobras militares, así como los ensayos de toda clase de armas, pero no se prohíbe el empleo de personal o equipos militares para investigaciones científicas o para cualquier otro fin pacifico. Por otra parte, ninguna actividad que se lleve a cabo servirá para apoyar o negar una reclamación de soberanía territorial en la Antártida.
A pesar de que su descubrimiento se debe a la búsqueda de poblaciones de focas para comerciar con su piel y que fueron prácticamente esquilmadas en los principios del siglo XX, actualmente es el lugar más apreciado para realizar investigaciones científicas para el conocimiento de la Tierra. Desde la instalación de la primera base permanente, argentina, en 1904 en las islas Orcadas se han ido construyendo muchos emplazamientos incluso en el mismo polo sur, la base estadounidense Amundsen-Scott siendo la más grande la base McMurdo, de más de 1200 personas ubicada en el punto en que Scott inició su malograda travesía. La población de bases científicas durante la temporada de verano puede alcanzar las 5000 personas. También España tiene dos bases, en las islas Shetland del Sur: la base Juan Carlos I (en la isla Livingston) y Gabriel de Castilla (en la isla Decepción), ambas bases no permanentes, en las que se realizan muchos estudios científicos.
La Antártida cobró gran interés en la década de los años 80, por la aparición del agujero de la capa de ozono, que afecta, especialmente, a estas latitudes. Posteriormente, la necesidad de conocer con precisión el problema del cambio climático también ha mostrado que la Antártida es un lugar privilegiado e idóneo para tomarle el pulso al planeta: con estudios atmosféricos, cómo afecta el deshielo a la interrupción de la corriente oceánica, la importancia de cuantificar la pérdida de hielo, etc. El año pasado el premio Nobel de Física fue otorgado a los científicos que aplican los sistemas complejos al estudio del clima. Muchos de estos estudios utilizan satélites de exploración terrestre para recabar datos de gran importancia que son utilizados por el Panel intergubernamental para la lucha contra el cambio climático (IPCC) y para determinar la gravedad de sobrepasar el grado y medio de calentamiento global y las consecuencias que puede tener para el planeta.
También la Antártida presenta un interés fundamental para la paleontología y el estudio de fósiles que aportan una idea del tipo de vegetación y animales que existieron en esta latitud hace miles de años en épocas interglaciares.
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